“Una mirada irreverente acerca de la guerra en 'The Poets are Silent'"
- Camila Spoturno Ghermandi (IdIHCS/FAHCE-UNLP, CONICET)
La novelista y poeta británica Stevie Smith (1902-1971) poco conocida en el ámbito cultural hispanoamericano publicó, entre otras producciones, poemas de guerra. Si bien el territorio bélico es difícil de delimitar, en este trabajo se ofrece un corpus de poemas de guerra original; así como también el análisis de uno de los poemas centrales bélicos de la escritora británica, publicado en el segundo libro de poemas de la escritora británica titulado: Mother, What Is Man? (1942) a saber: “The Poets are Silent”.
En el momento en el que se publica “The Poets are Silent”, durante la Segunda Guerra Mundial, había una distinción clara de género entre el “testigo autorizado masculino” y el “espectador pasivo femenino” tal como afirma Jean Gallagher, autora del libro The World Wars Through the Female Gaze (1998). La crítica irlandesa, Éadaoín Lynch, en su artículo “The Poet Slanders: Stevie Smith’s War Poetry” (2007) ahonda en esto mismo al afirmar (a partir del análisis de ciertos poemas de guerra de Stevie Smith) que lo que las mujeres ven y cómo escriben aquello que ven, se evalúa de manera diversa a la visión de los varones y que la lógica a la que hace referencia Jean Gallagher se revierte en el caso de Stevie Smith.
Lynch explica el modo en el que se revierte la lógica instaurada al mostrar cómo Stevie Smith logra con su poesía de guerra un discurso subversivo sobre lo bélico que desafía la categoría de la poesía de guerra como algo reservado solo para la experiencia de combate masculina asociada a su vez a un testigo autorizado. Si se vuelve al poema, el sujeto que critica a los poetas de guerra y que se puede vincular a la figura autoral de Stevie Smith, se corre del lugar asignado de espectador pasivo y encarna el rol de testigo autorizado que escribe acerca de la poesía de guerra y que es, a su vez, poeta de guerra. Con este gesto no solo logra incluir las experiencias de las mujeres, sino que también hace una operación de reconfiguración de la poesía de guerra como un resultado de dichas experiencias.
Sin embargo, para llegar a esta reconfiguración hay que trascender años de lecturas sesgadas como han demostrado varias escritoras y críticas literarias. Dar cuenta de este proceso muestra qué esconden estos modos de leer para visibilizar lo que ha quedado oculto y proponer nuevos. Johanna Russ en su libro How to Supress Women’s Writing (1983) hace referencia, entre otras técnicas usadas para silenciar, omitir o malinterpretar las producciones literarias de mujeres, el llamado “Double standard of content” una lectura que considera la experiencia femenina menos importante que la masculina. Acerca de esto mismo reflexionaba Virginia Woolf en A Room of One’s Own (1927) ensayo insoslayable en el que aparece una frase que ya se ha hecho famosa: “A scene in a batterfield is more important than a scene in a shop” (Woolf, 1927:73) refiriéndose a la jerarquización de lo “importante” (la trinchera) por sobre lo “trivial” (lo doméstico) y la necesidad de revertirla. En palabras de Johanna Russ: “If women’s experience is defined as inferior to, less important than, or ‘narrower’ than men’s experience, women’s writing is automatically denigrated.” (Russ, 1983: 48). Elaine Millard en su artículo “Frames of References: The Reception of, and Response to, Three Women Poets” (1989) aborda un tema similar al explicar cómo la recepción de la poesía de Emily Dickinson, Sylvia Plath y Marianne Moore fue leída por sus contemporáneos como un reflejo de la experiencia de las poetas. Asimismo, da cuenta de cómo a las producciones de estas poetas se les dio un espacio asociado a lo personal y no público, a una voz privada pero no politizada. Otras veces, como es el caso de Stevie Smith, según sostiene Elaine Millard, los estereotipos se caricaturizan. Además, Millard hace referencia al doble rasero del contenido que mencionaba Russ.
Por otra parte, si se tiene en cuenta la relación texto e imagen y esta vez se pone el acento en que la persona ilustrada no revela su género, surgen otros interrogantes. Esta ambigüedad a la que invita la relación dibujo/poema no significa caer en la neutralidad, es decir, que sea indistinto si se trata de una poeta o un poeta de guerra ya que, como afirma Nelly Richard en su artículo: “¿Tiene sexo la escritura?” (1994), sería caer en una forma del humanismo neutro que sigue colocando en el lugar jerárquico a la masculinidad hegemónica. Por el contrario, queda abierta la posibilidad de que sea un género o el otro para salirse de esa dicotomía establecida de “la escritura de guerra masculina” y “la escritura de guerra femenina” que instaura dos compartimentos estancos corriendo cada uno por su lado sin intersecciones posibles.
Toril Moi en la introducción al libro Teoría literaria feminista (1995) llamado “¿Quién teme a Virginia Woolf? Lecturas feministas de Woolf” muestra las “malas interpretaciones” de la obra de Virginia Woolf y ofrece un enfoque alternativo que recupera a la escritora para la política feminista. Allí, Toril Moi hace referencia al aporte de la filósofa feminista francesa Julia Kristeva y a su posición donde se niega la dicotomía metafísica entre lo masculino y lo femenino. Resulta provechoso partir desde esta mirada que propone Toril Moi y mirar cómo sucede una operación similar a la luz de lo que se viene analizando a propósito del poema “The Poets are Silent” donde las identidades de género de los y las poetas de guerra están en tensión.
Así, “The Poets are Silent” es un poema clave que abre el juego rompiendo con la dicotomía establecida “poesía de guerra masculina” y “poesía de guerra femenina”. También, abre interrogantes acerca de qué es lo que la poesía de guerra debería o no decir, quién debería decirlo y cómo. En principio, la apuesta por salirse de los marcos de referencia instaurados y revertir lógicas anquilosadas resulta un camino a seguir y una apuesta que Stevie Smith lleva a cabo.
La escritora británica se ubica como una voz autorizada, como una poeta de guerra que ofrece una mirada irreverente hacia los poemas tradicionales de guerra y que se posiciona como una voz posible que se aleja también de la solemnidad permitiéndose romper con silencios y con binarismos.
Bibliografía:
Gallagher, Jean. (1998) The World Wars Through the Female Gaze. Carbondale and Edwardsville, IL: Southern Illinois University Press.
Lynch, Éadaoín. (2017). “‘The Poet Slanders’: Stevie Smith’s War Poetry.” Journal of War and Culture Studies, 1-14.
Mignolo, Walter. (1965) “The Figure of the Poet in Renaissance Epic”. Harvard University Press.
Millard, Elaine. (1989) “Frames of References: The Reception of, and Response to, Three Women Poets”. Literary Theory and Poetry: Extending the Canon. Ed. David Murray. B. T Batsford Ltd, 62-84.
Moi, Toril. (1995). Teoría literaria feminista. Cátedra.
Richard, Nelly. (1993) “¿Tiene sexo la escritura? Masculino/Femenino. Prácticas de la diferencia y cultura democrática. Ed. Francisco Zegers.
Russ, Johanna. (1983). How to Supress Women’s Writing. University of Texas Press.
Smith, Stevie. Collected Poems. (1983) Edición con introducción de James MacGibbon. New Directions Publishing.
Woolf, Virginia. (2005). A Room of One’s Own. Hartcourt.