Presentación

El Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Género (CInIG) se creó en el año 2006 y, en el año 2009, realizó las primeras Jornadas. Muchas de las personas que actualmente integran el Centro fueron parte de sus orígenes y sostuvieron la realización de aquel primer espacio de debate.

A 18 años de la creación del Centro y 15 años de esa Jornada, la nueva edición se propone como un momento de balance de los desafíos feministas que asumimos en el ámbito académico y de las apuestas políticas que intentamos impulsar a partir de nuestro conocimiento y práctica. En ese entonces, el nombre de la Jornada fue “Teorías y Políticas”, una síntesis que definía nuestros intereses con la equidad de género y con las reflexiones críticas desde los feminismos, dentro y fuera de la universidad. La nueva edición de 2024, nos encuentra en la celebración de muchos logros en materia de derechos y, asimismo, nos enfrenta con el reconocimiento de límites que nos exigen agudeza para evaluar el estado de situación y un ejercicio de reflexividad y autocrítica que nos permita contribuir, como hicimos en anteriores instancias, con el diseño de nuevas estrategias políticas. Los feminismos se han ido transformando y nuestras jornadas acompañaron esta diversificación de temas, de sujetos, de formas y de estrategias de producir conocimiento, tal y como sucede desde la realización en paralelo del Congreso Internacional de Identidades. Nuestra última jornada presencial en 2018, “Desarmar las violencias, crear las resistencias”, fue fruto de un Centro que, desde entonces, comenzaría a crecer en número de integrantes, experiencias y líneas de pesquisa. Ya contábamos con un enorme compromiso en actividades de extensión en sus múltiples expresiones y, desde el 2017, apostamos a una tarea que nos permitió la consolidación de los diálogos iniciados: la creación de Descentrada. Revista Interdisciplinaria de Feminismos y Género, expresión de las responsabilidades políticas e intelectuales asumidas.

En 2021, en pleno distanciamiento social por causa de la pandemia de COVID-19, decidimos hacer una edición de la Jornada ajustada a las condiciones de posibilidad de ese momento. El escenario era complejo, sin embargo, creímos imprescindible generar el espacio de debate y reflexión frente a la fragilidad vital que se nos imponía brutalmente.

El contexto actual es, con todo, distinto. Nos encontramos en un momento de crisis profunda tras la dura experiencia vivida que evidenció el entramado de género de manera contundente en torno a la cuestión del cuidado y la división sexual del trabajo. Ese contexto alimentó las propuestas políticas y económicas de derecha imponiendo lógicas racistas, sexistas y de opresión capitalista en el escenario latinoamericano. Ello nos coloca en un estado de alerta ante ese avance que confronta los planteos de resistencia al capitalismo, de reconocimiento identitario y por la equidad de género y buscan deslegitimarlos bajo el rótulo de “ideológicos” dando fundamento a distintas violencias y discursos de odio. Las cuatro décadas de democracia que hemos sabido construir, con importantes referentes que nos inspiran, nos han enseñado la importancia de sostener la participación en favor de la consecución de los derechos y la transformación social que apuesta a la pluralidad. Y durante la pandemia ello se reforzó con las redes solidarias comunitarias, en particular, en relación con las mujeres y las disidencias sexuales.

Desde sus inicios, las Jornadas han sido un ámbito por el que circula una gran cantidad de estudiantes, investigadorxs que dan sus primeros pasos junto a reconocidas personalidades de la intelectualidad y el activismo feminista y LGTTTBIQ+, un espacio abierto del que han participado numerosos movimientos sociales, políticos y culturales. Nuestros feminismos plurales, como llamamos a las Jornadas en 2021, no obstante los avatares, no cejan en sus intervenciones y en la consolidación de lazos y acciones estratégicas, fortaleciendo las relaciones intercontinentales y entre los feminismos del sur.

En ese sentido, partimos de reconocer las inequidades de género estructurales diseminadas en todos los órdenes (políticos, sociales, económicos, simbólicos, entre otros) y la importancia de comprender la complejidad del modo coextensivo con el que operan las distintas formas y mecanismos de opresión y subordinación. Estas apuestas, y nuestro compromiso desde la universidad (escribiendo y enseñando) con los feminismos populares, los movimientos de diversidad sexual y la sociedad en su conjunto, nos invitan a renovar el compromiso.