3. Género y trabajo: discriminaciones y resistencias

El trabajo de cuidados en tiempos de descuido: la profesión enfermera ante la precarización de la vida y el trabajo.

  • Victoria Pasero Brozovich. CONICET- Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales. Universidad Nacional de La Plata (UNLP).
  • Carla Carabaca Videla. CONICET- Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientales.
Resumen

La siguiente presentación tiene por objetivo analizar las condiciones de trabajo que afectan a enfermeras, las violencias que experimentan en tanto trabajadoras en sus espacios de trabajo y las estrategias de cuidado y resistencia que construyen en el ámbito público y privado, como hospitales, clínicas y centros de salud de la Región de Cuyo, Argentina. Indagamos en la temporalidad que impuso la pandemia COVID–19 –y con posterioridad a ella– en el particular e incipiente contexto político–social de Argentina, en el marco de un gobierno de ultraderecha, como dos momentos de fuerte contraste institucional–estatal y el lugar y significación atribuido a las trabajadoras de la salud.
Tomando un punto de vista feminista crítico, rescatamos los aportes provenientes de la confluencia disciplinar entre la sociología de las relaciones sociales de sexo, la psicodinámica del trabajo, el feminismo materialista y las teorías del cuidado.
En esta línea, reconocemos la centralidad de los trabajos asociados a los cuidados en la reproducción social, comprendiendo a la enfermería dentro de esta esfera. Como derivado, estas modalidades de trabajo son difícilmente reconocidas como labores “profesionales” en el Modelo Médico Hegemónico, en tanto producción histórica enmarcada en prácticas de poder y relaciones sociales de sexo.
Sin dudas, la pandemia no sólo evidenció la vulnerabilidad de nuestras vidas, sino también la centralidad de las tareas de cuidado. En el ámbito de la salud, esto se agudizó al ser uno de los trabajos considerados esenciales y, por lo tanto, bajo modalidades de “excepción” (debido a la imposibilidad de licencia o renuncia).
Sumado a esto, desde el periodo de transición del ejecutivo nacional (entre A. Fernández y J. Milei, en noviembre/diciembre de 2023), se avizora un clima hostil para con las clases populares y, particularmente, con el movimiento de trabajadores/as organizados/as. Desde muy temprano resonaron las amenazas sobre la clausura de paritarias libres, de los recortes financieros sobre la educación y la salud públicas, del no respeto a los artículos 14 y 14 bis de la Constitución Nacional, en particular del derecho a huelga y demás derechos sociales consagrados, entre otras reformas que afectarían regresivamente las condiciones sociales y de vida de las mayorías. Todo lo dicho, plantea grandes desafíos a la organización sindical para enfrentar esta batería de reformas, con la intención de evitar la total supeditación de las bases a las condiciones del nuevo ciclo neoliberal planteado por la Libertad Avanza en coalición con otros sectores de derecha.
A nivel nacional y latinoamericano, el contexto pandémico y post pandémico profundizó las tendencias existentes respecto a la crisis global de los cuidados y de la reproducción social. Evidenció las precariedades a las que la mayoría de la población se encuentra expuesta y las debilidades de las instituciones (entre ellas, el sistema sanitario). El déficit de enfermeres por habitante (3,36 por mil habitantes en Argentina, hacia 2019), forma parte de estas tendencias preexistentes. Lo mismo sucede con la fragilidad en las negociaciones privadas y públicas (laborales, familiares, institucionales).
En una presentación anterior, expusimos los resultados de investigación correspondiente a la tesis de grado “Trabajos de cuidados, entre saberes populares y el conocimiento profesional” –desarrollada entre abril y agosto de 2018– y el Proyecto PISAC 2020–2021 “La enfermería y los cuidados sanitarios profesionales en la pandemia y post pandemia del COVID-19 (Argentina, siglos XX y XXI)”. En ambas propuestas se trabajó bajo una metodología de corte cualitativo, utilizando como instrumento de recolección de datos entrevistas en profundidad individuales y colectivas, con la intención de recuperar la comprensión que tenían las enfermeras acerca de sus condiciones laborales y las violencias por las que se vieron atravesadas en tanto mujeres dentro de la división sexual del trabajo. Complementariamente, se avanzó con un relevamiento de prensa en medios digitales de tirada nacional, provincial y local, entre marzo de 2020 y diciembre de 2021. Con ello se buscó rescatar las representaciones del sector en los medios de prensa y el grado en que las problemáticas asociadas a la enfermería profesional se ven reflejados. Las distintas fuentes, técnicas y cortes temporales delimitados, nos permitieron analizar en clave comparativa el cambio en las situaciones padecidas ante distintos contextos (pre/durante/post pandemia), los conflictos registrados y las estrategias llevadas a cabo.
De este modo, esta línea de trabajo surge de la necesidad de continuar este proceso de reflexión crítica y feminista, en pos de valorizar las tareas de cuidados llevado a cabo por las enfermeras; analizar las principales vicisitudes en sus condiciones laborales, en particular en su dimensión psicosocial; las violencias que las atraviesan/atravesaron como trabajadoras; y las estrategias subjetivas y colectivas de organización y resistencia político-sindical ante los conflictos.
Respecto a las estrategias de defensa/resistencia, el cuidado no solo constituye un trabajo, sino también una acción política. Destacamos de los relatos, la falta de espacios destinados a dialogar sobre las propias situaciones de trabajo (particularmente en la pandemia), para abordar la dimensión psicosocial de las situaciones que viven y poder elaborar conjuntamente herramientas para sobrellevar experiencias inevitables –como la muerte– y transformar aquellas evitables –como la precariedad. En este aspecto, también resta explorar qué sucedería si se brindaran espacios a las mujeres enfermeras, que las visibilice como sujeto político sexuado y organizado, en donde puedan hablar y analizar problemáticas específicas.
Apelando a un procedimiento de indagación similar al de la primera etapa de estudio, nos proponemos profundizar en las formas de representación gremial del sector de enfermería, enfatizando en la comparación entre ámbitos feminizados y masculinizados, sus organizaciones e historias sindicales y su repercusión diferenciada en términos de derechos obtenidos y horizontes de lucha más amplios. Particularmente, nos interesa aproximar una comprensión de los alcances de las organizaciones sindicales en contextos adversos, como los señalados, en cuanto a representaciones, agendas, prioridades y disputas internas. Por otro lado, enmarcadas en el proyecto “Los cambios y las continuidades en la formación de Enfermería a partir de la COVID-19”, de la convocatoria “PICTO-REDES Educación, trabajo y nuevas tecnologías”, buscaremos indagar en las demandas de formación en el sector, en el contexto de la pandemia y la reorganización de demandas ante los ataques a la educación y salud públicas.
Como anticipación de sentido, aseveramos que dentro del sindicalismo que aglutina a sectores relacionados a la salud, la apreciación simbólica de las centrales gremiales es la de un sujeto masculino, lo que manifiesta la presencia y reproducción de prácticas machistas, sexistas, discriminatorias y excluyentes hacia las mujeres. Esta realidad contrasta fuertemente con una cuerpa laboral feminizada, que no encuentra una real representatividad en los ámbitos de participación sindical.
Sostenemos con Kergoat (2003, p. 850), que en la profesión enfermera, las relaciones de explotación generan violencia; los hombres pueden retomar parcialmente el control dentro del universo laboral mismo, mediante las luchas individuales y/o colectivas en pro de su carrera, su promoción, su calificación, etc.; las mujeres carecen de los medios sociales para esa toma de control, puesto que hay una discontinuidad entre el sujeto sexuado, por una parte, y el grupo sexuado y el universo laboral, por la otra. Se constituye, por ende, un círculo vicioso: la violencia se vuelve contra el grupo de los pares y contra ellas mismas. Al negar al grupo, las mujeres se niegan a sí mismas como sujetos (ambas negaciones son coextensivas).