5. Teorías, representaciones y producciones culturales

Representaciones y producciones feministas en el tango. Continuidades y rupturas para pensar nuevas significaciones sociales a partir de dos estudios de caso: Susana Rinaldi y Patricia Barone

  • Mesa, Paula (Instituto de Historia del Arte Argentino Americano. Facultad de Artes – Universidad Nacional de La Plata)
  • Suppicich, Fernanda CONICET-UNQ (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas - Escuela Universitaria de Artes, Universidad Nacional de Quilmes).
Resumen

“Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres”. Rosa de Luxemburgo.
El feminismo comenzó a desarrollarse en los llamados “países del primer mundo” planteando luchas reinvidicatorias principalmente basadas en las necesidades de las mujeres burguesas. Es así que durante todo el siglo XIX y parte del siglo XX, aún en nuestro país, se dividió entre sufragistas y trabajadoras proletarias. Tenían necesidades en común, pero encaraban luchas diferentes. Analizando específicamente el campo laboral de la música, el reconocimiento de la mujer como trabajadora se limitaba a cantantes y, en algunos casos, a pianistas. Por ejemplo, en el tango, la tradición avalaba la participación de las mujeres y su reconocimiento como trabajadoras en los roles de cancionistas y actrices. Según Lucy Green (2001), las mujeres se enfrentan con diversas problemáticas entre las cuales destacamos la representación de la cantante teniendo en cuenta la relación entre arte y construcción de sentido a través de la visibilización del cuerpo y el modelo patriarcal que asocia a la mujer con la naturaleza y con la ausencia de habilidad para el manejo de la tecnología. Ampliando el marco conceptual planteado por Lucy Green podemos mencionar en palabras de Bebel (1976) que, en el siglo XIX, según señala el socialismo tradicional, la mujer es oprimida como trabajadora, por lo tanto, se la integra entonces a la lucha de clases del proletariado en contra del sistema capitalista opresor. Tuvieron que pasar varias décadas para que en el siglo XX se plantee que “por mucha similitud que haya entre la posición de la mujer y la del obrero, hay una cosa en que la mujer ha precedido al obrero: ella es el primer ser humano que fue esclavizado. La mujer fue esclava antes de que existiera el esclavo” (Bebel, 1976:47) Es decir que la mujer sufre la opresión por ser trabajadora pero antes que esto, sufre la opresión por ser mujer.
Partiendo de este marco introductorio, en el presente trabajo, queremos destacar el accionar de dos mujeres argentinas de generaciones diferentes, dedicadas principalmente a la interpretación del género tango. Dos cantantes que, según la tradición, se dedican a un instrumento socialmente "autorizado" para que la mujer lo interprete, dos cantantes que poseen un fuerte compromiso político y lo expresan como trabajadoras de la cultura.
En primer lugar, hablaremos sobre la carrera artística de Susana Rinaldi (1937), quien es una clara representante de la lucha de la mujer trabajadora de la cultura argentina. Su carrera como actriz y como cantante se ha desarrollado por fuera de los estereotipos de género de su época. Su militancia política la ha llevado a sufrir el exilio y en la actualidad la posicionan como un referente de la lucha por la reivindicación de las mujeres y los colectivos LGTBQ+ al nombrarla como madrina del festival transfeminista de tango. Esta primera parte, abordará la historia de esta trabajadora de la cultura centrándose especialmente en la década del ´60 y en su rol político actual. En segundo lugar, reflexionamos acerca de la carrera artística de Patricia Barone (1962), teniendo en cuenta el contexto socio histórico en el que se desarrolla. En una trama en la que se superponen la revitalización del tango en la década del noventa y la crisis económica, política y social de entre siglo, la cantante y letrista se presenta como una exponente del tango y como una militante política por los derechos de lxs trabajadorxs músicxs. Su campo de acción se observa, de este modo, no solo en sus intervenciones en marchas, piquetes y asambleas, sino también en el contenido social de las letras de sus canciones y en la interpretación de las mismas. En muchas de ellas las mujeres son protagonistas en cuanto a la lucha por los derechos humanos y los derechos feministas. Particularmente nos centraremos en los tangos: “Ser mina flor de cardo” (1991) con letra de Adriana Turchetti y música de Javier González y “Palomas” (2016) (un tango urgente por la violencia de género), con letra de Patricia Barone y música de Javier González, pertenecientes a la primera y última etapa de su producción artística. A partir de un análisis poético y musical nos interesa reflexionar sobre cómo se expresa el discurso feminista desde la composición y la interpretación y cómo el mismo pone en tensión las representaciones tradicionales heteropatriarcales, dado que la escritura femenina puede verse como una herramienta emancipatoria que permite a las mujeres liberarse de los moldes impuestos por la simbología masculina, tan fuertemente establecida en el tango. En el mismo sentido, consideramos la trama sociohistórica en la que se manifiestan estas poéticas en relación al momento político y social en el que se estrena “Palomas”, que se encuentra con las acciones feministas de reclamo por la legalización del aborto y la no violencia por razones de género.

Partiendo de nuestro marco conceptual y del breve recorrido por algunos momentos de la vida artística de Rinaldi y Barone, en este trabajo intentamos visibilizar las historias de vida de nuestras protagonistas, focalizando el análisis en su búsqueda estética y en su elección de ser trabajadoras de la cultura con fuertes posturas militantes. Señalamos entonces diferentes modos de comprometerse con la militancia feminista. A través de las letras y de los modos de interpretación de la música, observamos que ambas interactúan actoralmente con los textos, poseen una búsqueda artística que rompe con sus contemporáneas/os, por ejemplo, a través de su estética en las portadas de los discos, en la elección del repertorio y de su performance. En esta línea debatimos sobre las continuidades que se manifiestan dentro del género tango y las rupturas que desafían los límites y producen nuevos sentidos e identificaciones sociales.
Del mismo modo, creemos necesario resaltar que, a pesar de pertenecer a generaciones diferentes, tanto Rinaldi como Barone asumen una responsabilidad en su rol de cantantes y letristas de tango que les permite accionar en la cultura, y específicamente en el mundo tanguero, modificando los cánones y ampliando las posibilidades de las mujeres como trabajadoras. Al mismo tiempo, se generan nuevas subjetividades y se abre paso a nuevas miradas que impactan en identificaciones sociales, abriendo el juego a organizaciones feministas de tango y agrupaciones de mujeres en la cultura. Destacar la genealogía en esta área y profundizarla es de suma importancia para reelaborar de un modo interdisciplinario el accionar de las mujeres en el tango.