Filosofar donde los pies pisan: enseñanza de la filosofía y producción de conocimientos situados en universidades públicas del conurbano bonaerense
- Bezares, Jimena (UNLaM)
- Menchón, Ángela (UNLaM)
- Santander, Mariana (UNLaM)
Este trabajo se desprende de una investigación en curso arraigada en la Universidad Nacional de la Matanza que indaga las maneras en que se enseña filosofía en universidades nacionales del conurbano bonaerense, en carreras no destinadas a la formación de filósofxs, y las representaciones que sostienen dichas prácticas. El problema que motoriza este trabajo es el de identificar relaciones entre universidad, filosofía y territorio, a partir de una perspectiva epistemológica y pedagógica fundada en la noción de “conocimientos situados” (Haraway, 1995) y desde una mirada crítica a la colonización pedagógica en la educación superior. Intentamos pensar en este trabajo de qué manera el territorio atraviesa las prácticas de enseñanza de la filosofía en universidades del conurbano bonaerense y en qué medida los conocimientos y las propuestas pedagógicas y los conocimientos que allí se transmiten y producen están situados. Nos preguntamos también por la manera en que la filosofía sale de los muros institucionales y se conecta con su contexto y con las comunidades en las que se inserta la universidad.
Partimos de una serie de perspectivas que nos permitan conceptualizar la noción de territorio en toda su complejidad, tanto material como simbólica, así como también los procesos de territorialización, desterritorialización y reterritorialización (Deleuze y Guattari, 2012) desde los cuales conceptualizar el papel que juega la filosofía en relación a la academia y a la comunidad. La noción de territorio será entendida al menos en tres grandes sentidos: a) el anclaje geográfico de las instituciones (conurbano bonaerense); b) la universidad en general y las carreras en particular pensadas como territorios específicos en un sentido institucional, epistemológico y simbólico; 3) la comunidad y el estudiantado como parte de la trama territorial que articula el afuera y el adentro de la universidad.
La pregunta por el anclaje territorial de la enseñanza universitaria, y particularmente, de la filosofía, se fundamenta en la epistemología feminista, en la perspectiva decolonial y en los principios de la recientemente sancionada ley de Educación Ambiental Integral (LEAI), que asume que la educación no puede abordarse de manera abstracta y desterritorializada.
La territorialidad conurbana será un concepto que articule todas las indagaciones y será importante partir del postulado de Pedro Saborido (2021: p. 9): “hay demasiados conurbanos”, nos cuidaremos de generalizar una idea de “conurbano” universal y abstracta, porque sabemos que el conurbano se dice de muchas maneras.
En principio, podríamos definir “territorio” como el anclaje geográfico, pero también temporal, vincular, material, identitario y simbólico en el que se inserta una praxis. Sostenemos, con Ana Camblong (2014), que sin alegar a favor de un determinismo es posible pensar que existe una incidencia mutua entre el lugar material determinado en el que moramos y los modos específicos que tenemos de habitar el mundo (pp. 13-17). Esto quiere decir que nuestros hábitos y prácticas, entre los cuales se encuentran nuestras prácticas pedagógicas y académicas, se cruzan nodalmente con el sitio en el que transitamos, en el que trabajamos, estudiamos, pues este es el lenguaje primario que define la condición territorial básica en la que se despliegan nuestras interacciones.
Una pedagogía feminista interseccional que se posicione desde la noción de “conocimientos situados” es aquella que da cuenta de las condiciones no neutrales de la producción de conocimiento y de las subjetividades que han generado los saberes que circulan en las aulas. La objetividad entendida como la universalidad y la neutralidad del conocimiento pueden operar como ideales regulativos pero son pretensiones inalcanzables en casi todas las áreas disciplinares (Maffia, 2007). En esta línea también nos preguntamos por la producción y transmisión de conocimiento en la universidad y por el tipo de saberes que se priorizan y aquellos que quedan fuera de los muros académicos. ¿Se abordan las problemáticas territoriales en la enseñanza de la filosofía? ¿Qué iniciativas se promueven desde la filosofía para que los/as estudiantes puedan problematizar sus propios contextos de estudio, de vida y de trabajo? ¿Qué diálogos se establece con actores de la comunidad ya sea local, regional o nacional? ¿Qué tipo de filosofía sería una que se deje atravesar por los múltiples sentidos que el conurbano, que los conurbanos, adquieren tanto para lxs estudiantes como para lxs docentes?
Buscamos problematizar los procesos de colonización pedagógica (Jauretche, 2020) y las asimetrías culturales que se dan entre los “centros” y las “periferias”, particularmente entre la filosofía nacional y la tradición filosófica europea y norteamericana, así como también la manera en que dichas relaciones asimétricas (en términos de Saborido, “vectores culturales”, 2021) atraviesan las prácticas de enseñanza de la filosofía en las instituciones educativas de nivel superior. Para esto, nos enmarcamos en una perspectiva descolonial desde la cual apuntamos a revisar la colonialidad del poder (Quijano, 1992) y los sesgos eurocéntricos que la tradición académica en América Latina porta y transporta en distintos niveles educativos, particularmente al nivel superior. Buscamos explorar prácticas de desobediencia epistémica y pedagogías descoloniales (Mignolo, 2015) que nos acerquen a la posibilidad de descolonizar la universidad. Desde esta mirada, apuntamos a revisar nuestras maneras de enseñar filosofía (qué temas o problemas, cómo, desde qué enfoques) teniendo en cuenta los sesgos que la misma tradición académica porta y transporta en nuestras prácticas pedagógicas.
Presentaremos algunos resultados de un trabajo de campo desarrollado desde el 2022 y actualmente en curso. Para organizar y analizar los resultados apelaremos a metáforas heurísticas construidas a partir de los mismos discursos de los/as docentes y estudiantes que hemos entrevistado a lo largo de la investigación. Dichas metáforas dan cuenta de las representaciones y sentidos que se anudan a dar clases de filosofía y a aprender filosofía en universidades públicas del conurbano bonaerense. Siguiendo a Dussel y Caruso (1999), sabemos que el uso de metáforas ha sido recurrente en la historia de las ciencias sociales. La acción metafórica de definir las cosas apelando a otras, nos permite ver los fenómenos bajo perspectivas nuevas, extrayendo supuestos y sentidos ocultos, invisibilizados. Usar metáforas no es una decisión estética, no se trata de “adornar” el lenguaje, sino que es una estrategia metodológica y epistemológica, así como también política.
Buscamos explorar las características que asume la enseñanza de la filosofía en universidades que nacieron con un proyecto político y pedagógico diferente respecto de universidades tradicionales como la UBA y la UNLP para indagar si en estas instituciones la filosofía transforma su matriz académica eurocéntrica y desterritorializada, y en qué medida dicha transformación (o ausente de la misma) impacta en la formación del estudiantado y en los sentidos que encuentran en dicha disciplina, y si la misma permite de alguna manera potenciar los lazos entre la universidad y la comunidad.