1. Experiencias y resistencias socioeducativas

“He sido tan odiada que tengo razones para escribir”: reflexiones sobre algunas escenas de la clase de Literatura en el FinES Cösmiko Shirley la Bombón

  • Catalina Lluna (UNLP)
Resumen

Este trabajo se propone realizar una narración reflexiva y crítica de mi experiencia como docente de la materia Lengua y Literatura en los tres años que componen la formación en el FinES Cösmiko Shirley la Bombón, un proyecto educativo del que formo parte desde su creación y organización y que está destinado a personas trans y travestis, de manera no excluyente. Particularmente, me interesa concentrarme en algunas escenas que tuvieron lugar en el recorrido de distintxs alumnxs por la materia. Para ello, en primer lugar apuntaré a contextualizar el proyecto educativo. Luego, comentaré mi propuesta como docente de la materia y me centraré en los emergentes que se dieron y las reflexiones, tanto personales como colectivas, que les sucedieron, con el apoyo de los materiales primarios de las clases: las consignas propuestas, las lecturas disparadoras y las producciones de lxs estudiantes.

A mediados de septiembre de 2020, después de meses de pánico pandémico y aislamiento, dimos comienzo a las clases del FinEs Cösmiko Shirley la Bombón. Al tratarse de un proyecto educativo destinado especialmente a personas trans y travestis que han sido excluídxs del sistema escolar, nos enfrentamos a algunos desafíos en torno a la modalidad en un contexto tan particular como lo fue la escuela en ese año. La virtualidad plena se tornaba insostenible y excluyente dada la volátil conectividad de lxs estudiantes, por lo que apostamos por un encuentro semanal al aire libre. De este modo, lxs estudiantes cursaban ciertas materias una semana y ciertas la otra: cada materia tenía clases cada quince días, durante un cuatrimestre. Ese año, estuve a cargo de Lengua y Literatura I.

Al tratarse del primer año en el FinEs y al saber que contaría con pocos encuentros presenciales, quise centrar la materia alrededor de un género: la autoficción. Quise aprovechar las potencias de la autoficción para explorar con lxs estudiantes los rasgos del lenguaje literario y además preparar el terreno para concluir la materia con una producción colectiva. Esto último surgía desde un interés activista y político: me importa que las vidas travestis sean registradas y narradas por ellas mismas, y consideré que la autoficción podía canalizar un modo de acercarse a esas biografías y a un modo de narrar que no fuera constreñido por el verosímil, que poco tiene que ver con las disidencias sexuales, como bien sabemos.

En la primera clase, comenzamos por un acercamiento teórico a la definición de autoficción. Hicimos énfasis en los pactos de lectura y en las posibilidades exploratorias del género. En las clases que le siguieron, leímos fragmentos de textos literarios autoficcionales, escuchamos podcasts de relatos autoficcionales y los comentamos a partir de algunas preguntas disparadoras. Como trabajo de cierre, probamos una nueva modalidad: taller de escritura. Comentamos brevemente la consigna y todxs se dispusieron a escribir un texto autoficcional. Todxs tomaron caminos muy distintos: algunxs contaron episodios de sus vidas, otrxs quisieron darle un final que se ajustara más a sus deseos a ciertos incidentes y otrxs crearon escenas combinando elementos reales e inventados. Hacia el final, compartimos algunos de los escritos. Costó al principio porque siempre aparece la timidez en momentos así, pero nos sobrepusimos colectivamente y una vez que la primera se animó, todxs quisieron leer el suyo. Fue un momento espectacular: festejamos con aplausos las venganzas soñadas, recordamos hazañas de compañeras que ya no están. En la siguiente clase, nuestra tarea fue compilar los relatos para armar un fanzine. Hicimos una reconstrucción sobre este estilo de publicación recuperando los conocimientos previos de lxs estudiantes y analizando algunos ejemplares que había llevado. Señalamos prácticas que nos interesaron y pasamos el resto de la clase interviniendo los textos. Elegimos cómo llamar el fanzine y luego me encargué de armarlo, escanearlo y fotocopiarlo para que todxs tuvieran su copia.

En este trabajo, voy a compartir y comentar dos de los textos publicados en el fanzine colectivo. En primer lugar, el relato de Luisiana o Rubí, que cuenta la historia de un gran secreto familiar y cómo ella a su manera rompió con una maldición generacional. En segundo lugar, la producción de Jessica, que relata un crimen y una venganza que, según expresó, era el final que hubiera merecido el episodio de su vida que le sirvió de inspiración.

Un año después abrimos las inscripciones para una segunda cohorte de estudiantes, y en marzo de 2022 comenzamos un nuevo desafío como proyecto y colectivo. Nuestra escuela creció y desde ese momento tuvimos, en simultáneo, dos grupos cursando el secundario. Para este momento, las modalidades de virtualidad o distancia física ya no corrían: la segunda cohorte tuvo, desde el principio, una modalidad de cursada presencial y una frecuencia semanal de cada materia.

En el segundo año de esta segunda cohorte, la propuesta de la materia fue el recorrido por diversos géneros literarios formales y temáticos, con la idea de trabajar principalmente ciertos relatos y poemas por clase. Además, lxs estudiantes debieron elegir una novela de una lista provista por la docente para realizar su lectura de manera individual y por fuera del espacio de la clase. Como trabajo final, debieron escribir una reseña o un ensayo, según eligieran, sobre la novela elegida.

Comenzamos trabajando la literatura de terror: leímos cuentos, lxs estudiantes prepararon exposiciones orales y presentaciones sobre diversos subgéneros. Trabajamos también el género realista y el fantástico. Entre abril y mayo, alrededor de la visita y jornada de poesía compartida con la poeta travesti chilena Claudia Rodríguez, retomamos y profundizamos en el trabajo sobre la autoficción y el relato travesti que habíamos realizado durante el año anterior, durante el cual no habían estado todxs lxs mismxs estudiantes. Se dieron, en torno a esa ocasión, situaciones sumamente potentes.

En el encuentro con Claudia, con la que pasamos toda una tarde de lecturas y conversación, algunas cuestiones resultaron impactantes. Algunas de las estudiantes más grandes le comentaron a la poeta que les llamaba la atención cómo ella en su poesía y en su narrativa utiliza formas de hablar muy parecidas a las suyas, desde el léxico hasta la grafía de la fonética. Claudia respondió que para ella en su vida y la de sus amigas, en su forma de hablar y en la de las otras travestis, había poesía, había literatura, que no había por qué cambiar eso. Esa escena tuvo un impacto palpable en las siguientes clases de literatura.
Como cierre del trabajo en torno al género realista, propuse la escritura de un cuento. Algunxs trabajaron en pequeños grupos y algunxs de manera individual. No era necesario, para la propuesta, trabajar la autoficción, pero la mayoría de los trabajos tomó esa dirección. Para los intereses de este trabajo, voy a compartir y comentar dos producciones. En primer lugar, la de Darianna, que ese día llegó a la escuela directo de atender a un cliente habitual y relató ese encuentro aunque con un final muy diferente. En segundo lugar, la producción de Nicole y Valentina, dos estudiantes que se habían conocido privadas de su libertad y que en ese momento se encontraban con prisión domiciliaria y permiso para asistir a la escuela de manera presencial. Ellas retomaron esta experiencia común y crearon un relato que retrata algunas de sus dificultades y consecuencias.