5. Teorías, representaciones y producciones culturales

Constelar otros mundos: una praxis de resistencia artística cuir

  • Mabel Alicia Campagnoli (CInIG)
Resumen

En la perspectiva de Suely Rolnik (2019), la tensión entre las dimensiones macropolítica (propia de la experiencia del sujeto y por tanto, solo de seres humanos) y micropolítica (específica de una experiencia que abarca al sujeto y al afuera del sujeto, extendida a todos los elementos de la biósfera y por tanto, una subjetividad ampliada), es la que sostiene lo social. Su diagnóstico contemporáneo es que esa tensión nos ha puesto en situación de trauma y que las estrategias de lucha conocidas, propias del nivel macropolítico, resultan ineficaces para desplazarnos de allí. Por eso señala que hay que dejar de soñar con un mundo mejor, evitar la postergación del presente hacia un escenario del bien en el que se realizarían nuestras reivindicaciones.
Por el contrario, la dimensión donde puede propiciarse una transformación, un devenir, es la micropolítica, para lo que nos alienta a descolonizar el inconciente colonial capitalístico; es decir, a trabajar en el plano de las subjetividades antes que de los sujetos. La autora usa el término “capitalístico” siguiendo a Félix Guattari quien recuerda que según Karl Marx el capital sobrecodifica los valores de cambio, sometiendo al conjunto del proceso productivo a sus designios. En consecuencia, propone el término para extender esta idea a los modos de subjetivación que, bajo el régimen capitalista, con igualmente sobrecodificados. Así las subjetividades tienden a someterse a los propósitos del régimen invirtiéndolos con su propio deseo, reproduciendo el statu quo en sus elecciones y acciones. “El sufijo “-ístico” añadido por el autor a “capitalista” se refiere a esta sobre-codificación”, (Rolnik, 2019, n. 24, p. 93).
Para ello toma el indicio de los movimientos de insubordinación que cuestionan el poder de la promesa: lxs “sin techo”, lxs “sin tierra”, negrxs, indígenas, mujeres, LGTBIQ+, comunidades quilombolas, etc. Pero recordemos además que en la dimensión micropolítica el protagonismo no es exclusivamente humano, pues está en juego el abuso de la fuerza vital que afecta los cuatro planos del ecosistema planetario (biósfera, corteza terrestre, agua y aire).
Un modo de referir a la interdependencia de todos esos planos es a través de la imagen-concepto de constelación que lleva en su seno la idea misma de devenir. Con la idea de constelación es posible referir tanto al agrupamiento dinámico de elementos heterogéneos, como al proceso temporal de esa dinámica, no reductible a una unilinealidad. En este sentido, Carolina Meloni (2021) considera la emancipación como un cambio de estado, una mutación, una nueva configuración-constelación tanto individual como colectiva. Por eso ve en el concepto de constelación la introducción de un desplazamiento fundamental en la noción de cambio revolucionario. Frente a este último, cuya mitología transformadora ha impregnado todas las narrativas de ruptura con el orden establecido desde finales del siglo XIX y en gran parte de los movimientos revolucionarios del siglo XX, la constelación no tiene como horizonte de llegada la toma de poder, la modificación del aparato estatal y de sus instituciones con la finalidad de construir otras nuevas, sino, el mero devenir. En consecuencia, la constelación emancipatoria interviene no solo en las dimensiones macropolíticas, estructurales y sistémicas que producen nuestra precariedad, sino que también afecta y abraza tanto las micropolíticas del deseo, los cuerpos y afectos, como al conjunto de seres multiespecies con los que nos relacionamos. Toda constelación, asimismo, lleva en su seno la tríada casa, tierra y mundo… que nos expulsa de la fantasía de individualidad.
Suely Rolnik destaca particularmente el papel del arte por su vocación privilegiada para realizar una tarea que desgarra la cartografía del presente al liberar la vida en sus puntos de interrupción devolviéndole la fuerza de germinación –una tarea totalmente distinta e irreductible a aquellas de denuncia o de concientización, que son del dominio de la macropolítica. En el mismo sentido, Flavia Costa (2021) considera que lxs artistas subvierten, resignifican o directamente suprimen la utilidad científico-tecnológica con finalidades reflexivas, expresivas, activistas -muchas veces con una visión ecologista y de concientización sobre diversos aspectos de la realidad-. Asimismo, agrega, proponen nuevas miradas sobre el estatus de los elementos que integran lo existente; exploran las continuidades y las fronteras entre las especies, así como entre lo natural y lo artificial.
Ahora bien, el sentido del término constelación, no solo alude a las estrellas, sino al ejercicio de dibujar una figura a partir de ellas, mediante trazos imaginarios. Esta noción está presente en el título “La pisada del ñandú (o cómo transformamos los silencios)”, muestra artística colectiva curada por el dúo Río Paraná. El colectivo Río Paraná está integrado por una pareja de artistas visuales trans argentinos, conformada por Duen Neka’hen Sacchi y Mag de Santo.
Mag de Santo y Duen Sachi son performers, escritores, investigadores, curadores y docentes. En su labor, crean juntos y por separado proyectos y exhibiciones que cruzan la imaginación política, la ficción social, las disidencias sexuales y el anticolonialismo mediante el acervo de documentos, archivos y piezas artísticas. Su obra traza nuevas narrativas curatoriales en torno a cómo se vinculan la imposición colonial del género y la racialización. Para mayor información se puede consultar su instagram @riooo_paranaaa
El propósito de la muestra, a partir de esta torsión de sentidos que nos invita a posicionarnos del otro lado de la diferencia colonial, es “recorrer una contrahistoria de los cuerpos que hoy denominaríamos travestis / trans / no binaries* de las constelaciones del Sur” (Río Paraná, 2021, p.3). Con esa meta, la exposición reúne la producción de diversxs artistas de Abya Yala, cuyas obras son incluidas en el armado de una constelación como la huella del ñandú. En este sentido, el montaje de la muestra facilita diversos recorridos, a nivel y desde arriba, donde puede apreciarse esa imagen.
Esta ponencia se propone analizar la muestra en tanto constelación de sentidos disruptivos, bajo la hipótesis de que constituye una praxis de resistencia cuir.

Referencias

Costa, Flavia (2021) Tecnoceno. Algoritmos, biohackers y nuevas formas de vida, Buenos Aires, Taurus.
Meloni, Carolina (2021) Sueño y Revolución, Temperley, Tren en movimiento.
Río Paraná (2021) La pisada del ñandú (o cómo transformamos los silencios), Barcelona, La Virreina. Centre de la Imatge.
Rolnik, Suely (2019) [2018] Esferas de la insurrección. Apuntes para descolonizar el inconsciente [traducción de Cecilia Palmeiro, Marcia Cabrera y Damián Kraus], Buenos Aires, Tinta Limón.