3. Género y trabajo: discriminaciones y resistencias

La deuda alimentaria como problema económico. Análisis del uso de la Canasta de Crianza de la primera infancia, la niñez y la adolescencia en 24 resoluciones judiciales

  • Mora Vinokur (IEALC, FSOC, UBA)
Resumen

Tener hijos e hijas es, en la mayoría de los casos, una apuesta de amor. Pero también tiene un costo, que se paga con dinero y con tiempo. En el capitalismo el tiempo se monetiza. Entonces el tiempo destinado a cuidar es, en última instancia, dinero también.

Sabemos, gracias a la encuesta de usos del tiempo del INDEC, que las mujeres en Argentina destinan, en promedio, 6,5 horas diarias a las tareas domésticas y de cuidados no remuneradas, mientras que los varones dedican en promedio 3,7 horas por día. Sabemos además que el conjunto del trabajo no remunerado de toda la Argentina (que insume a quienes viven en este país más de 120 millones de horas diarias) si estuviera remunerado representaría casi el 17% del PIB, por encima de sectores como el comercio y la industria. La carga desigual de tareas de cuidado hace que las mujeres participen menos y en peores condiciones de la fuerza laboral. Así, en el 4to trimestre de 2022, la tasa de actividad de las mujeres fue de 51,0%, 19,7 p.p menos que los varones. La tasa de empleo de las mujeres alcanzó el 47,6%, y la brecha de empleo fue de 18,9 p.p. La tasa de desocupación de las mujeres fue de 6,7% y la brecha fue de 0,7 p.p. Además, el porcentaje de trabajo informal de mujeres asalariadas fue de 38,7%, mientras que para los varones fue de 33,6% (DNEIyG, 2023).

En los hogares con niños, niñas y adolescentes que están a cargo de una sola persona adulta, que en el 90% de los casos es mujer (monomarentales), la desigualdad es aún mayor. Cuentan con la carga exclusiva del cuidado de sus hijos/as, a la vez que deben asumir todos los gastos asociados a su crianza, lo que acarrea una carga económica adicional. De esto deviene que se comprometa su posibilidad de crecimiento y desarrollo personal, de formación y de acceso al mercado laboral.

En el tercer trimestre de 2022, de acuerdo a los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) para el Total Urbano, hubo más de 1.600.000 mujeres a cargo de hogares monomarentales. Esto representa al 11,7% del total de hogares y 1 de cada 4 hogares con niños y niñas. Dentro de estos hogares monomarentales, viven más de 3.000.000 de niños/as y adolescentes. La vida en estos hogares resulta especialmente difícil. Según la EPH, los ingresos de las jefas de hogar monomarentales son un 19,8% menores que los del resto de los hogares. Esto implica que el 26,1% de estas mujeres no alcanza a cubrir la canasta básica individual, situación que alcanza al 20,2% de los/as jefes/as de hogar en general.

Una de las razones por las que los ingresos en estos hogares son inferiores se puede atribuir a la falta de cumplimiento en el pago de la cuota alimentaria por parte de los progenitores. Según UNICEF y la DNEIyG, el 50,2% de los hogares en los que no vive el padre de los/as niños/as no recibió dinero en concepto de cuota alimentaria en los últimos 6 meses y el 12% solo lo recibió algunos meses. Esto significa que 3 de cada 5 hogares a cargo de mujeres no reciben la obligación alimentaria en tiempo y forma. El incumplimiento del pago de la cuota alimentaria no sólo afecta a los derechos de niños/as y adolescentes, sino que también profundiza las desigualdades de género e impacta sobre los recursos que destina el Estado para subsanar este incumplimiento.

Frente a este diagnóstico y el informe “Incumplimiento de la obligación alimentaria en la Provincia de Buenos Aires” (2022) que realizó el Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de PBA, en junio el INDEC comenzó a calcular el costo de criar a través de un indicador oficial que es pionero en el mundo. Se trata de la canasta de crianza de la primera infancia, la niñez y la adolescencia, un valor de referencia para saber cuánto destinan las familias a alimentar, vestir, garantizar vivienda, trasladar y cuidar niños, niñas y adolescentes. Esta herramienta fue elaborada por la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género, en colaboración con UNICEF.

Desde la primera publicación ya hubo 24 fallos en 12 provincias que incorporan la herramienta para determinar la cuota alimentaria. Por tanto, en la siguiente ponencia se realizará un análisis del uso de la Canasta de Crianza de la primera infancia, la niñez y la adolescencia en estas primeras 24 resoluciones judiciales. Se identificará a qué sujeto/s de derecho se interpelan, qué usos sobre el dinero se reproducen (a partir de incorporar el concepto de performatividad) y qué definiciónes del cuidado se presentan. Además, se analizarán las resoluciones según etapa de determinación y carácter y si la utilización de la Canasta de Crianza como referencia implicó un aumento respecto a las cuotas alimentarias previas.

Esta ponencia es parte de una investigación sobre la institucionalización del cuidado en Argentina. En esta instancia, el objetivo es presentar un primer análisis del uso del Índice Crianza por parte de los/as jueces/zas, para identificar qué noción sobre el cuidado reproducen y a qué sujeto de derecho interpelan.