Implosionar desde los márgenes: teorías cuir y estudios culturales. Irreverencias epistemológicas y anudamientos políticos.
- Lucas Díaz Ledesma (FPCS/UNLP)
- Eva Navarro Martínez (CInIG-IdIHCS/UNLP-CONICET)
El presente escrito tiene como fin habilitar zonas de reflexión y discusión en torno a las continuidades, tensiones, amalgamas y posibilidades sinérgicas entre las teorías queer/cuir y la tradición de los estudios culturales. Las teorías cuir permiten vislumbrar el carácter eminentemente cisheterocentrado de las normativas que constituyen lo social y los proyectos hegemónicos y generan subjetividades abyectas cuyo destino es el exterminio material y simbólico. Los estudios culturales se ocupan de la pregunta en torno al estatuto del poder y de su microfísica en la cultura popular y en las formaciones culturales; así pues, abren interrogantes sobre la contextualidad radical y permiten analizar y re-pensar las formaciones, sedimentos y configuraciones específicas y su red de relaciones en los entramados culturales. En este sentido, la búsqueda del texto emana de la necesidad de reconocer intersecciones, tender puentes y comprender sinergias entre las luchas y tradiciones emancipatorias que atraviesan directamente a las trayectorias de [inter]saberes y conocimientos marginales de lxs anormales del Sur.
Lo queer, en tanto gesto político, emerge a finales del siglo XX como una respuesta radical frente a las políticas gays/lesbianas de asimilación, poniendo de manifiesto el incumplimiento de sus promesas vitales. Retomando tal gesto, algunxs académicxs empezarán a hablar de teoría(s) queer para la misma época. Inspirándose en la lógica confrontacional, la reapropiación y valoración de lo culturalmente signado como abyecto y la denuncia de los peligros de la asimilación y la cristalización identitaria, el rótulo de teorías cuir/queer recoge una amplia variedad de investigaciones y trayectorias. Estas comparten, en todo caso, algunos puntos comunes, como la concepción de la [cis]heterosexualidad como estructurante del orden social; la denuncia de la violencia implícita en toda norma; una mirada posfundacional de la práctica política, que no requiere de un sujeto político unívoco; la reivindicación de la falla y la desviación en lugar de una sustancia o identidad claramente demarcada; y la crítica férrea a toda lógica binaria, lo que también incluye la crítica a la distinción naturaleza/cultura.
Las teorías cuir, entonces, se configuran como empresas deconstructivas, contrahegemónicas y des-universalizantes. Entrañan, a su vez, una relación ineludible entre teoría y praxis; pues lejos de consolidarse como meras descripciones teóricas de lo social, constituyen prácticas y modos de ser alternativos a la hegemonía. Asimismo, en lugar de formaciones conceptuales monolíticas y sistemáticas, las teorías cuir emergen como gestos; no son modos de pensar clausurados en sí mismos, sino movimientos de apertura hacia la otredad. Lo cuir en tanto actitud epistemológica y gestualidad sentipensante, lejos de limitarse al conocimiento y la identidad sexual, supone problematizar e impugnar las los proyectos históricos y las formas convencionales de conocimiento e identidad; en este sentido, abona el terreno para la construcción de epistemologías perversas, subversivas, profanas e irreverentes.
Con respecto al proyecto de los estudios culturales, por otra parte, resulta clave destacar la centralidad de la formulación de interrogantes y problematizaciones en torno a las modulaciones que asume el poder y la condensación de la hegemonía en las formaciones socioculturales y en la cultura popular. Los EC buscan describir e intervenir en las maneras en que las prácticas culturales se producen en la vida cotidiana de lxs sujetos en las formaciones sociales, poniendo énfasis en las posibilidades en las que estxs reproducen, mantienen o transforman las estructuras de poder en juego. Así pues, estas investigaciones buscan comprender cómo se construye una organización de poder a través de la desarticulación y rearticulación de relaciones, tomando la cultura (y la cultura popular) como punto de partida, como puerta de entrada al complejo equilibrio de fuerzas entre relaciones más complejas de la sociedad, la política, la economía y la vida cotidiana.
De esta forma, la tradición describe y analiza las posibilidades en que la vida cotidiana se articula con la cultura y a través de ella. Aquí cobra especial relevancia la noción de contextualidad radical, que, partiendo del supuesto de relacionalidad (compartido con otros proyectos y formaciones intelectuales), sostiene que la identidad, la significancia y los efectos de cualquier práctica o acontecimiento se definen solo por el complejo conjunto de relaciones que los rodean, interpenetran y configuran. Como consecuencia, cualquier acontecimiento solo puede ser entendido de manera relacional, como una condensación de múltiples determinaciones y efectos, dando lugar a la singularidad intrínseca de la naturaleza contingente de lo social. De esta manera, en términos de vocación, las investigaciones recogidas en el campo de los estudios culturales comparten la búsqueda de una comprensión crítica de la coyuntura cultural e histórica.
Partimos de comprender el peligro que supone, por un lado, una crítica queer/cuir que no incorpore las dimensiones contextuales, coyunturales y culturales específicas y, por otro, desconocer que los códigos y sedimentos históricos del sistema sexo-género y la cistehetersexualidad se anudan, condensan y refuerzan en proyectos hegemónicos y en las disputas por el poder en las prácticas de significación. En este orden de ideas, el presente ejercicio ensayístico busca explicitar, dilucidar y potenciar los hilos que conectan ambas apuestas teóricas, a partir del recorrido por algunas formulaciones y reflexiones seminales en ambos campos como las de Raymond Williams, Angela McRobbie, Stuart Hall, Jesús Martín-Barbero, Nelly Richard, Judith Butler, Paul B. Preciado, Lee Edelman y Elizabeth Freeman, entre otrxs.
En el recorrido aquí propuesto, partiremos de una somera caracterización de ambas corrientes de pensamiento, para luego abordar algunos puntos de convergencia productiva entre ambas tradiciones. Así pues, revisaremos los desplazamientos en la producción de conocimiento que motorizan la consolidación de investigaciones multi/inter/trans/in-disciplinares; las confluencias y tensiones conceptuales entre la matriz sexo/género/deseo y el lugar de lo simbólico en la constitución de la cultura; la pregunta por la interacción entre lo material y lo simbólico; el rechazo vehemente a las fantasías de universalidad y neutralidad, anclado al compromiso político como eje agencial y constitutivo de estas epistemologías; entre otras cuestiones. En la búsqueda de nuevos puntos de vista, estas convergencias entre teorías cuir y estudios culturales renuevan las condiciones de estructuración de nuevos interrogantes mediante la transdisciplina, dando lugar a la emergencia de nuevas experiencias que antes no se tomaban en cuenta para la producción del conocimiento y de la trama de inter-saberes. En este sentido, se busca generar un terreno fértil para el despliegue de la potencia enunciativa de sujetes-otres.