Mesa 28:Zonas de contacto en las literaturas en lengua francesa, inglesa, española, portuguesa, italiana y alemana

Mar paraguayo de Wilson Bueno: el portunhol salvagem de la Triple frontera

  • Bianchi, Paula Daniela (UBA-CONICET)
Resumen

En este trabajo abordaré algunos aspectos de la mixtura de la lengua –portunhol salvagem– y de la construcción del cuerpo textual-sexual de la marafa –personaje central de la novela– en Mar paraguayo (1992) de Wilson Bueno. Me propongo explorar los bordes, desbordes, excesos y juegos-de-jugar que se postulan desde la enunciación de la nouvelle que deambula entre fronteras físicas, lingüísticas, corporales y sexuales. Y donde la confusión de los límites enunciativos es plasmada en el tejido del ñandutí, por un personaje marginal que desafía las fronteras imaginadas de la canción marafa. El tejido funciona como estrategia que contribuye al diseño espectacular que discurre entre el melodrama y la comensabilidad lúdica. A treintaiún años de su publicación Mar paraguayo intensifica la necesidad de seguir surfeando entre sus olas.
El escritor brasileño Wilson Bueno sitúa varias de sus novelas en un territorio de fronteras: la denominada Triple Frontera entre Brasil, Argentina y Paraguay donde confluyen lenguas y territorios liminales. La lengua y la frontera portan la memoria del dolor, de la tierra arrasada, de las errancias de la guerra, del padecimiento y de la tortura. Ese sitio engendra un territorio geográfico de tránsito y delimita una espacialidad de la lengua y de los cuerpos desterritorializados que deambulan entre lindes. El portuñol salvaje se establece como la lengua de los migrantes, de los pasantes, de los habitantes de los lados de la frontera y otorga al sujeto hablante el mismo estatuto de fronterizo, errante, marginal e inestable. La lengua de la frontera es maleable y también lo es la subjetividad de quienes habitan el margen. La presencia literaria del portuñol imprime una característica de diversidad de sentidos y de apropiación del territorio fronterizo como una maraña textual/oral. El portuñol es la lengua desplazada, desterritorializada que luego se reterritorializa en la literatura como protagonista. En ese sentido, recurro a las definiciones de Félix Guattari y Gilles Deleuze respecto del rizoma como aquella cartografía que no tiene límites, que no es fija (2006). Así el territorio de la lengua marafa, siempre en territorio de fronteras y con un personaje migrante y también fronterizo, es concebido como un espacio de apropiación y de subjetivación lindante que puede desterritorializarse al poder abrirse en líneas de fuga que fisuran los modelos de lengua hegemónica utilizando el guaraní y el portuñol salvaje. Más allá de su uso habitual en el cruce de fronteras, Wilson Bueno en su narrativa crea un portuñol que coquetea con la poesía. La inestabilidad fluida de la lengua es la que tomará Bueno para escribir Mar paraguayo (1992) en portuñol y guaraní. Él construye un universo prismático que desobedece los límites de las dos lenguas oficiales, español y portugués, los socava para reinventar una lengua otra, oral, ágrafa a la que le otorga un estatuto de legitimidad. En esa intersección de lenguas y fronteras germina su proyecto literario erigido como la reivindicación de las lenguas olvidadas y emplaza su proyecto político porque este portuñol no obedece a la simple mezcla del portugués brasileño y del español argentino, sino que introduce el guaraní.