Lo que hoy conocemos como República de Irlanda e Irlanda del Norte, dos entidades políticas diferentes, conformaban antes de 1922 una única unidad político-territorial llamada Irlanda. A partir de la Partición (1920-1922) ese territorio unificado se dividió en dos países distintos ya que tres cuartos de la isla iniciaron su proceso de independencia mientras que seis condados al norte de la isla, en la región de Ulster, decidieron continuar siendo parte del Reino Unido.
La tensión étnico-cultural (Hayward, 2021) entre ambas Irlandas que motivó su división política se centraba fundamentalmente en diferencias identitarias: la mayoría de los habitantes de la Irlanda del sur eran católicos mientras que los del norte eran protestantes, lo que alimentaba su identificación con el Reino Unido. Sin embargo, lejos de dirimirse este conflicto étnico-cultural con la partición territorial por medio de una frontera, la violencia persistió ya que ninguno de los dos países eran homogéneos en términos identitarios y en ambos convivían minorías protestantes y católicas, no exentas de discriminación y marginación.
El propósito de esta ponencia es dar cuenta de la complejidad que conllevan clasificaciones identitarias excluyentes de Irishness y Britishness en Irlanda del Norte a partir de algunas consideraciones de carácter general que ofreceremos acerca de las relaciones geopolíticas, comerciales, étnicas e identitarias entre ambas Irlandas en el período comprendido entre 1968 y 2024. En primer lugar, tendremos en cuenta el conflicto norirlandés (1968-1998), un periodo sangriento en Irlanda del Norte entre grupos paramilitares de la República de Irlanda que aspiraban a la unificación de la isla y las fuerzas militares británicas. En concomitancia con esto, aludiremos a la resolución de los Troubles y la inauguración del periodo de paz que trajo el Good Friday Agreement de 1998. En segundo lugar, nos referiremos al fenómeno del Brexit, la salida del Reino Unido de la Unión Europea en 2020, y los nuevos interrogantes que suscitó. Por un lado, la salida del Reino Unido, y por ende de Irlanda del Norte, de la UE implica que ya no haya libre circulación de bienes en la zona de frontera. Por otro, desafía uno de los preceptos del Good Friday Agreement: el hecho de que los habitantes de Irlanda del Norte pueden identificarse como británicos, irlandeses o ambos (Hayward, 2021). Las conclusiones a las que proyectamos arribar esclarecerán las repercusiones y el impacto que la encrucijada comercial en la que se hallan las dos Irlandas tienen en las categorías identitarias Irishness y Britishness para los norirlandeses.